Si me seguís por Twitter (@CMarcapaginas) habréis visto que estoy participando en un reto de escritura creativa llamado #OrigiReto en su edición de 2019. Ha sido creado por Katty (@Musajue) y Stiby (@Stiby2)
Tenéis toda la información en los blogs de las creadoras ( La pluma azul de Katty y Sólo un capítulo más)
Relato SEPTIEMBRE- Jenna
Marga sabía que hoy era el día. Lo notaba, lo sentía. No
paró de retocarse el moño hasta llegar a la cafetería. Esperaba que Jenna
llegase puntual. ¿Sería de esa clase de personas?
En realidad, tenía la corazonada de que sí, de que estaría
allí, aunque llegaba con diez minutos de adelanto. Inexplicablemente, sentía
que sabía todo sobre ella. Eran tan parecidas pero a la vez tan diferentes que
muchas veces se encontraba a sí misma releyendo los mensajes que le mandaba y
sintiéndose completamente identificada. Aun así, ella era mil veces más lanzada
de lo que Marga sería nunca. Le encantaba llevarle la contraria al mundo entero
y disfrutaba resaltando en la multitud. Ella era todo lo contrario, tímida y
callada, ser el foco de atención le daba pánico.
Se habían conocido hacía unos meses por Twitter. El perfil
de Jenna estaba lleno de banderas orgullosas de su sexualidad y reflexiones
sobre arte que denotaban mucha introspección. Marga se había topado ya con
varios tweets suyos y al principio le hizo gracia porque sus padres siempre le
habían dicho que habían pensado llamarla Jenna hasta que una tía segunda
falleció y finalmente le pusieron su nombre. Esa podría haberse quedado en una
curiosa casualidad, pero la verdad es que contenido le había gustado, aunque no
se había atrevido a interactuar. El primer ‘like’ cayó por error, mientras
escuchaba distraída una larga perorata de su hermana. Jenna no tardó mucho en
empezar a seguirla. Marga compartía mayormente imágenes de su gata y covers que
hacía con su violín de sus canciones de k-pop favoritas. No pensaba en absoluto
que eso pudiera interesarle a nadie. Pero a ella le interesó.
Tenían muchos gustos en común y poco tiempo después
comenzaron a retwittearse masivamente. El timeline de la una era casi un
reflejo del de la otra, y esa imagen la hacía sonreír. Pero lo cierto es que su
primer mensaje directo llegó tras un tweet de corte político que publicó Marga.
Aunque no estaba acostumbrada a hablar de esa clase de temas, la última
iniciativa política del presidente de su país le había encendido sobremanera.
Eso y que, desde que seguía a Jenna, se sentía más valiente. No se esperaba un
mensaje suyo, pero menos aún que le preguntase sobre el tema, pidiéndole que se
lo explicase con más detalle. A Marga le parecía imposible que alguien no
estuviera al tanto de la polémica, pero se la explicó. Ese fue sólo el
comienzo.
Habían pasado seis meses hablando a diario. Nunca había
encontrado a nadie que la entendiera tan bien. Y, además, era la primera vez
que se sentía realmente escuchada. Hasta entonces, en sus relaciones, Marga se
situaba en un segundo plano, en una posición pasiva en la que escuchaba y
apoyaba. Pero con ella no se sentía así. Se habían llegado a conocer muy bien.
Jenna era física de profesión y adoraba desvariar sobre los misterios del
universo. Trabajaba en un laboratorio y sus proyectos eran altamente
confidenciales. Además de eso, adoraba con toda su alma la música, al igual que
Marga, que estaba contenta con su puesto como violinista profesional en una
gran orquesta.
Como no podía ser de otra forma, Marga se había enamorado.
Y se sentía correspondida.
Y le había pedido una cita.
Todo había sido demasiado loco, demasiado espontáneo. Pero no
se arrepentía en absoluto. Nunca había visto una foto de Jenna, pero sabía que
la reconocería en cuanto la viese.
No le sorprendió no encontrar a ninguna chica sola en el
local porque había llegado pronto, aunque lo cierto es que se sentía un pelín
decepcionada. Se pidió un café y se sentó en la mesa más apartada de la
cafetería, rezando porque ella le reconociese. Aunque, la verdad, era fácil si
se tenía en cuenta el violín que descansaba a sus pies.
Los minutos pasaron y Jenna no cruzó la puerta. Un par de
chicas lo hicieron, pero en ambos casos Marga supo que no eran ella.
Entonces recibió un mensaje de la joven, preguntándole donde
estaba sentada. Marga le respondió con el lugar y una foto. Pasaron otro par de
minutos.
‘Ya estoy’
Pero por más que miraba a su alrededor, no había nadie nuevo
en la cafetería. Jenna le mandó una foto del lugar, era el mismo. Marga comenzó
a respirar pesadamente, no entendía nada. Empezó a girarse nerviosa en todas
direcciones. Llegó otro mensaje.
‘Estoy aquí…
Pero tengo algo que contarte’
A Marga se le cortó la respiración. Y llegó una foto.
En ella se podía ver a una chica exactamente igual que ella,
los mismos ojos verdes, el mismo pelo negro que caía en ondas. La chica de la
foto estaba más maquillada y llevaba un piercing en la nariz. Pero, pese a
ello, el parecido era innegable.
‘Estoy aquí’ volvió a decirle por mensaje ‘Pero en otro
universo’
Marga se quedó paralizada. Aquella broma superaba con mucho
el peor plantón que nunca hubiera sufrido. No había necesidad de inventarse una
historia así. Se echó a llorar.
‘Sé que no me crees. Sé que parece una locura. Pero mira’
Otra fotografía. En esta se veía a la misma chica de antes
sosteniendo un periódico con la fecha del día y la portada rezaba ‘La presidenta
Hillary Clinton clausura el Encuentro Internacional del Clima’ acompañado por
una foto de la mujer, sonriente, posando delante de las Torres Gemelas.
Marga tuvo que reconocer las grandes capacidades de su amiga
para el Photoshop. Se estaba ya levantando entre inmensos sollozos para irse
cuando llegó el mensaje que hizo que tuviera que sentarse y se olvidara de
respirar.
‘La tía Marga murió un año después de que yo naciese. Por
eso me llamo Jenna y no Marga como tú. Mi hermana pequeña se llama Marga.’
Estaba segura de no haberle contado nunca esa historia. Se
puso a revisar los mensajes compulsivamente.
‘No me lo has contado. Pero yo si te he contado que soy
física, que trabajo en un laboratorio…
Lo que no te he contado es que encontré la manera de acceder
al Internet de uno de los múltiples multiversos que existen.
Que decidí integrarme como una más por pura curiosidad.
Que así te conocí y en seguida supe que eras mi versión en
ese universo’
Marga sentía que se iba a morir. Nada de aquello podía ser
real. Pero la historia de su tía le hacía cuestionárselo todo.
‘Y tampoco te conté que me he enamorado de ti.’
- Objetivo: #20 Cita que es un desastre
- Objeto oculto: #10 Instrumento musical y #13 Un mensaje instantáneo