jueves, 31 de enero de 2019

Relatos de ENERO #OrigiReto2019

Si me seguís por Twitter (@CMarcapaginas) habréis visto que estoy participando en un reto de escritura creativa llamado #OrigiReto en su edición de 2019. Ha sido creado por Katty (@Musajue) y Stiby (@Stiby2)


Tenéis toda la información en los blogs de las creadoras ( La pluma azul de Katty y Sólo un capítulo más)



Microrrelato ENERO- Sentir

No sentí nada cuando la doctora habló. En realidad, llevaba sin sentir nada dos días.

En el informe médico que deslizó sobre la mesa lo ponía claramente, era una mujer embarazada de un bebé muerto.

No preguntó cómo me sentía.

De todas formas, no habría sabido responder.

Mientras estuve esperando la intervención me tocaba a menudo la incipiente barriga. Es probable que debiera sentir asco o desesperanza. Pero únicamente me sentía vacía. Desde aquel día mi corazón también había dejado de latir.

Por supuesto no le dije nada de esto a la psicóloga. Sólo permanecí en silencio. Lo mismo que hacía cuando la gente me preguntaba de cuánto estaba o cuándo nacería. Mi bebé no nacería, señora, me lo extirparían dentro de una semana, habría querido responder.

Portaba un ser muerto.

Cuando todo el mundo mostraba interés por el feto yo quería decirles que, aunque él se había ido, yo seguí ahí. Pero no lo dije. Y nadie me escuchó.

  • Objetivo: #23 Relata la historia de un embarazo fuera de lo corriente (o conciencia sobre algo poco conocido del tema), en que la futura madre sea la absoluta protagonista y no el bebé.
  • Objeto oculto: #6 Un informe médico


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Relato ENERO- Maldita

Otra vez.


- ¡No! - Hubo una leve pausa. Tan sólo un instante. Pero continuó.

Quería gritar. Bien alto y bien fuerte, que todos me escucharan. Era imposible. Bueno, al menos si eras una espada.

Empecé a notar el calor de la piel. Quise contener la respiración y, si hubiese podido respirar, es lo que habría hecho. Pero no pude más que sentir cómo otra capa de tejido sucumbía a mi afilado filo.

Siempre me sorprendía lo fácil que lo traspasaba. Parecía arena dejándome pasar sin apenas resistencia.

Los primeros gemidos escaparon de su boca. Él trataba de contenerse, pero tenía que ser realmente doloroso. La culpabilidad volvió a golpearme. Yo sólo infligía daño, nunca lo sufría. No es mi culpa, me tenía que repetir cuando esos pensamientos me atacaban. No puedo hacer otra cosa.

La sangre me recorría como tantas otras veces. Me bañaba entera. La notaba llegar a mi empuñadura y de ahí caer despreocupadamente al suelo. Todas las sangres eran iguales, espesas y calientes, y todas parecían deseosas de escapar de sus dueños. Su mano resbaló ligeramente y momentáneamente la presión que ejercía disminuyó.

Era sólo una tregua, volvió a empujar.

Ojalá pudiera resistirme. Pero no hay nada más poderoso que la voluntad de un hombre leal de acatar las órdenes de su señor. Y la orden era muy clara: “Acaba con tu vida con tu propia espada”.

Cuando gritó decidí darme por vencida. La pena me invadió como lo había hecho las otras veces. Lentamente ocupaba hasta el último rincón de mi alma. Porque puede resultar sorprendente, pero las espadas tienen alma. O al menos las espadas malditas.

Él era valiente. Su padre había gritado mucho más. Y qué decir de su abuelo, pensé que se pasaría toda la eternidad entre chillidos desgarrados.

Nadie culpa nunca a la espada, sólo a la mano ejecutora.

Quedaba poco, lo sabía por la gran cantidad de mí que se encontraba envuelta por su cuerpo. Quise dedicarle unas palabras. Habíamos luchado bien juntos, vaya que sí. Era uno de los espadachines más diestros que jamás me habían empuñado. En nombre de su rey había matado hasta la extenuación.

Pero nada eso sirvió cuando fue acusado.

Todo ocurrió al mismo tiempo. Mi punta volvió a estar en contacto con el aire fresco, una postrera exhalación escapó de entre sus labios y una pluma blanca descendió hasta posarse en mí. Ese contraste me removió. Él no volvería a respirar y mientras yo sentía la delicada caricia de esa solitaria pluma.

Ojalá hubiera podido llorar.

Otra vez recé al árbol sagrado porque fuera la última vez. Porque no tuviera que acabar con la vida de ninguno más de su familia. 

Pero él tenía un hijo. 

  • Objetivo: #1 Haz que el protagonista principal del relato sea un botijo o un objeto maldito (o ambas), o que la historia se centre en él.
  • Objetos ocultos: #15 Una pluma y #32 Árbol sagrado


sábado, 26 de enero de 2019

Reseña: La pandilla de Asakusa

Título: La pandilla de Asakusa
Autores: Yasunari Kawabata
Número de páginas: 295
Saga: No
Editorial: Austral
Género: Narrativa









En 1920, el barrio de Asakusa era un lugar que permitía el anonimato, la libertad, la deriva; un lugar donde la vida fluía por todas partes, lleno de placeres sexuales y sociales. Comparada con Dublineses de James Joyce y Berlin Alexanderplatz de Alfred Döblin, esta novela de Yasunari Kawabata retrata la energía desbordante de Asakusa mediante la crónica, el relato popular, las escenas callejeras y un ritmo cinematográfico. Testimonio impar del choque de las tradiciones milenarias de Japón con el florecimiento de la ciudad moderna, La pandilla de Asakusa confirma el carácter universal de uno de los artistas más eminentes del siglo xx.


Os presento al que fue el libro con el que empecé en el Club de literatura laponesa al que acudo... Y que no me gustó mucho.
Para empezar, la narrativa de Kawabata se me hizo muy cuesta arriba. Si bien es cierto que este libro es una especie de "experimento" de nuevas formas de literatura... Definitivamente no es para mí.

No sé que deciros con respecto a la trama, ya que no hay una única trama. El protagonista central es el barrio Ayakusa y las distintas historias que ocurren en él. Desde historias más esporádicas, hasta algunas que están relacionadas. Pero todas juntas forman un cuadro descriptivo.

Como he mencionado, le protagonista no es un personaje en concreto. Aunque haya un narrador que sirve de hilo conductor, realmente no se le puede considerar protagonista. Simplemente es como una cámara que va recogiendo los pequeños momentos y las distintas vivencias de los personajes. Hay algunos que aparecen más o cuya historia parece más compleja. Pero siempre queda inacabada y no acabas de poder empatizar con ninguno de ellos.

El estilo... Como ya he mencionado es muy experimental, demasiado para mi gusto. No me permitió meterme en la historia. Sí que detalla muy concienzudamente cada rincón del barrio. Pero son tantísimos detalles que no logras hacerte una idea ni mucho menos sentirte transportado allí, que es lo que supuestamente busca el autor.

Es una lectura curiosa por su estilo y a la que tengo cariño por haber sido la primera de un Club de lectura en el que he conocido a gente muy agradable y con la que me siento muy a gusto. Aún así no os la recomiendo a menos de que esteis muy metidos en la literatura japonesa. Si no es así y sobre todo si queréis que sea vuestro primer libro japonés... Huid en dirección contraria.

Lo mejor

Que fue el primer libro del Club de lectura de literatura japonesa.

Lo peor

En ningún momento me metí en la historia ni empaticé con los personajes. No comprendí el objetivo de esta historia.



jueves, 24 de enero de 2019

De la A a la Z: Q




Libro



Quidditch a través de los tiempos de J.K.Rowling

Aunque este libro no me lo he leído (y por tanto no puedo recomendároslo) era el único que se me venía a la cabeza con esta inicial.
Tengo muchas ganas del leerlo, al igual que las otras pequeñas historias de J.K. Rowling.


Serie

Imagen relacionada

Quantico

Una serie que, pese a no ser de las mejores que he visto, es entretenida y engancha. Si os gustan las pelis de corte policíaco os la recomiendo. Eso sí, no le pidáis peras al olmo...

Canción


Que nos sigan las luces de Alfred

Una de mis favoritas para Eurovisión del año pasado. Aunque no quedara seleccionada yo no he podido quitármela de la cabeza en todo el año.