El pasado domingo me acerqué con un amigo a la XXVI Feria del Libro Viejo y Antiguo de Madrid, pero antes de entrar en la feria en si, me gustaría hablar de una cosa antes. ¿A quién se le ocurrió ese nombre para la muestra? ¿Nadie se dio cuenta de lo mal que sonaba "viejo"? Sinceramente, me parece que el nombre no es precisamente una invitación a ir, suena a que vas a coger un libro y directamente se va a deshacer en tus manos, al menos "antiguo" suena mucho más elegante y atractivo.
Dejando de lado estas consideraciones nominativas, mi curiosidad inevitable hacia cualquier cosa que tenga que ver con los libros me llevó al Paseo de Recoletos para comprobar que ésta era la versión madrileña de lo que en mi ciudad se llamaba Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. De modo que ya me sentía como pez en el agua y fui parándome caseta por caseta y admirando esas preciosas ediciones antiguas, o ese título tan buscado de segunda mano y a un precio más que asequible (estuve tentada de comprarme "La perla" de John Steinbeck por unos irrisorios tres euros)
Pero la verdadera motivación que me había llevado a la feria era buscar un libro relativamente barato en inglés para mi amigo, un título conocido para leer en su idioma original. Y cuál es mi decepción al descubrir que en muy pocos puestos cuentan con material en otros idiomas, y ya qué decir de inglés (sorprendentemente hay una gran cantidad de libros en francés) Es cierto que es comprensible puesto que es más común encontrar libros antiguos (me niego a utilizar la palabra viejos) en nuestro idioma, pero me hubiera encantado que, del mismo modo que había un puesto dedicado únicamente a la novela gráfica, hubiera también alguno especializado en libros de habla extranjera. Finalmente encontramos una edición de bolsillo de "El Código Da Vinci" en su idioma original y nos dimos por satisfechos. Pero sigo insistiendo en que si hubiese un puesto que contase con, por ejemplo, Jane Austen o Shakespeare en inglés, triunfaría.
Aún con todo la sensación global es, como siempre, maravillosa, ese olor a libro de segunda mano, a primeras ediciones... Todo eso es único. Si queréis disfrutarlo aún estáis a tiempo, están hasta el 19 de Octubre en el Paseo de Recoletos, entre la calle Prim y la plaza de Colón.
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